Michaela Goldstein

Durante años, Michaela Goldstein calificó para Medicaid en California. Ahora que vive en Carolina del Sur, un estado sin expansión, se encuentra sin los servicios de salud mental que necesita y teme por su vida.

Como parte del programa Medicaid en California, Goldstein accedió a servicios críticos como terapia y medicamentos recetados, ayudándola a controlar su condición médica.

“Me mudé a Carolina del Sur desde California… Estaba en Medi-Cal en California. Tengo depresión mayor y necesito medicamentos caros, así como terapia para mantenerla”.

Desafortunadamente, una mudanza a través de las fronteras estatales para estar con la familia y obtener un título de posgrado en Carolina del Sur llevó a Goldstein a la brecha de cobertura de Medicaid.

“Todavía no tengo trabajo en Carolina del Sur y solicité Medicaid. Sin embargo, me negaron, sin explicación de por qué. Apelé y envié mi solicitud nuevamente en 2021, y todavía no he recibido respuesta. No puedo pagar la terapia o la medicación de mi bolsillo, y esto es un problema grave para mí”.

Los adultos en el período sin cobertura de Medicaid se encuentran entre dos zonas. Por un lado, no ganan suficiente dinero para comprar cobertura a través del mercado de seguros de salud de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio. Por otro lado, tampoco cumplen con los requisitos mínimos para Medicaid bajo el programa actual de Carolina del Sur.

«Califiqué para otro seguro, pero no un seguro que pudiera pagar e incluso el seguro que tenía el costo más bajo tenía una prima de $9,500», dijo Goldstein.

Para calificar para Medicaid en Carolina del Sur, una persona debe estar embarazada, tener una discapacidad total y permanente, tener menos de 19 años o ser un pariente encargado del cuidado que vive con un niño menor de 18 años y tener bajos ingresos.

Goldsten solicitó la discapacidad a fines de agosto, pero le preocupa que pase algún tiempo antes de recibir una respuesta.

“Ni siquiera han comenzado a revisarlo todavía. Me dijeron que les llevaría 240 días comenzar a revisarlo”.

Para Michaela, vivir sin los servicios de salud mental necesarios es aterrador y debilitante.

“He luchado con enfermedades mentales desde que tengo memoria. Tengo miedo de que mi vida esté en juego. Da miedo. Afecta cada parte de mi vida… me da miedo salir de casa”.

story-1